miércoles, 8 de agosto de 2012

Cómo entender los anuncios de pisos de alquiler, y otras experiencias paranormales

Publicado por siluetas en 22:59 3 comentarios


Los que hemos sobrevivido a algunas mudanzas, y todavía nos quedan ganas de más, desarrollamos el superpoder de entender los anuncios de pisos en alquiler. Ay de esos ilusos que creen que la mudanza en sí es lo difícil. La hazaña es entender qué quieren decir tus aspirantes a casero cuando te presentan a la niña de sus ojos.


No pretendo impresionaros, pero soy capaz de descubrir dónde está un piso por los pequeños detalles que se ven a través de la ventana. ¿Eso es el logo de un cajero de la Caixa? Pues la foto está hecha desde ‘ahí’. Ese árbol… sí, es el mismo que hay en la plaza X, así que según el ángulo el piso está en el número X. Impresionante, ¿eh? Pero esa es otra: La obsesión de los propietarios/inmobiliarias de que no sepas dónde está exactamente el piso. Cuidao’, no sea cosa que AlQaeda vaya y te lo llene de ántrax. Mucho paranoico veo yo por ahí.

Pero así y todo, si eres nuevo, tómatelo con calma. El de los alquileres es un submundo difícil de conocer… y la fauna que lo habita es, cuando no, curiosa. Está, por ejemplo, ese casero/a que te presenta su chabolilla, amueblada al más puro estilo del mercadillo del Centro Reto —cada mueble de una madre, sin orden ni concierto— y que creen tener el Palacio de Buckingham. Cuando les comentas que tienes un animal, te miran ofendidísimos y te despachan con un “a ver si tu gata va a destrozarme los muebles…”. No, si la que tiene ganas de despedazarlos soy yo, oligofrénico de mierda…


Para ayudaros, os ofrezco un pequeño diccionario para que  entendáis qué quieren decir exactamente los anuncios:

Precioso piso: Piso normalito.
Coqueto: Minúsculo.
Con encanto/con carácter: Necesita más reforma que la ley electoral.
Necesita reforma: El Ayuntamiento ya tiene fecha para la demolición.
Terraza: Balcón.
Solo fotos de la fachada: No querrás entrar dentro.
Solo fotos del interior: Necesitarás chaleco antibalas para ir por el barrio.
Ideal parejas: Preferiblemente de siameses, porque suelen ser "coquetos".
Semiamueblado: Tiene una mesita de noche y la escobilla del water.



martes, 31 de julio de 2012

Esa patraña de ser feliz

Publicado por siluetas en 0:05 3 comentarios

Todos lo hemos visto.



Todos nos hemos enamorado del paisaje, todos los mallorquines hemos hinchado pecho con eso de “pues yo vivo en este paraíso y tal”. Pero a mí, más que con el topicazo de imágenes, me ha quedado la frasecita que acompañaba el elogio fúnebre de una isla que los autóctonos sabemos que en realidad no existe: “Cuando amas lo que tienes, tienes todo lo que quieres”.

Cuidado, que no dice “cuando-tienes-todo-lo-que-has-deseado-en-la-vida”, o “cuando-tienes-todo-lo-que-crees-que-te-mereces”. No. La subordinada condicional solo pone como condición “cuando amas lo que tienes”, sin especificar si eso que tienes es suficiente, justo, bonito o lo que soñaste cuando eras pequeña. Sin incluir todo aquello que nos vendieron cuando decidimos portarnos bien, ser buenos hijos, buenos estudiantes, buenos ciudadanos.

Ese es el problema de mucha gente, entre los que me incluyo: que dejamos aparcado eso de amar lo que tenemos porque consideramos que no es lo que nos prometieron las películas Disney.

¿Y sabéis cuál es el problema? Que todavía no hemos aceptado que la vida no siempre es justa, que a veces nos toca sufrir más de la cuenta y que lo de la realización personal mejor se lo dejemos a Paulo Coelho. Porque sí, no hay mayor patraña que esa de “buscar la felicidad”, porque cuando caemos en la cuenta de que no va a llegar nunca, es cuando más infelices nos sentimos. Decía Risto Mejide: “Olvídate de la patraña esa de ser feliz, ya te puedes dar con un canto en los dientes si llegas a ser el único dueño de tus propias expectativas”. Y tiene más razón que un santo. Buscar la felicidad es un ejercicio muy sano, pero exigirla… eso, te lo aseguro, te va a traer más sufrimiento que alegría. Porque la vida nos pone continuamente a prueba y no entiende de intercambios. Crecer significa descubrir con dolor que los sueños no siempre se alcanzan siendo buena gente, esforzándote y dando lo mejor de ti. A veces, simplemente, no llegan. Y vale más que hagas caso a Risto y te sientas satisfecho si sabes manejar y gestionar aquello que la vida te pone delante.

Y cuidado, que la frase funciona igual si hablamos de lugares. Hay que amar también el sitio donde estás, porque es donde te vas a despertar cada mañana. Y es cierto que yo quiero con todas mis fuerzas estar a 3.000 kilómetros hacia el este, pero la cuestión es que estoy aquí, en esta isla donde se ruedan anuncios bucólicos de cerveza y adonde todo el mundo quiere venir a jubilarse. 

Pues habrá que aprovecharlo.

jueves, 17 de mayo de 2012

Yo sí creo en la amistad...

Publicado por siluetas en 22:52 1 comentarios


Amigos a los que empiezas a echar de menos antes de que se vayan.

Amigas que cruzan el Mediterráneo para cenar contigo porque te echan de menos y saben que tú las echas de menos.

Amigos que te ofrecen manos para las mudanzas, y que muy a menudo olvidas agradecérselo.

Amigas que te abren la puerta de su casa en Nochevieja con un daikiri y te prometen que el año que viene nos irá mejor.

Amigos que te miran a los ojos y te dicen: “Tú antes molabas”. Y reconoces que últimamente te estás poniendo un poco tonta.

Amigas que se cuelan en el backstage de tu cantante favorito en otra ciudad, y le explican detalladamente al sufrido cantante cómo nos conocimos y por qué tiene que poner “Cris3” en la dedicatoria.

Amigos que te regalan gatos y luego no te pasan la pensión ni ná.

Amigas que demuestran que se puede ser una gran madre sin creerse la protagonista de No sin mi hija.

Amigos que son el amor de tu vida… pero que están ocupados con el amor de su vida.

Amigas homologadas como “hostiadoras profesionales”.

Amigos que superan con creces tu humor cínico y negro.

Amigas con las que comes como si no hubiera mañana sin ningún complejo.

Amigos con derecho a roce.

Amigas que respetan que hay cosas de tu vida que son solo tuyas.

Amigas que te explican, con muchísimo tacto, que con ese vestido pareces una morcilla de Burgos… y que en otro momento te convencen de que eres el ser más impresionante que ha parido madre.

Amigos que te dan las llaves de su casa sin quitar ninguna del llavero.

Amigas que están a tu lado, incluso cuando preferirían estar en otra parte.

Amigos que te conocen perfectamente, y aun así te quieren.

Yo sí creo en la amistad. En la que es para toda la vida. Porque si no ya me dirás qué gracia tiene seguir en este planeta…


miércoles, 8 de febrero de 2012

5 cosas que debes saber antes de salir con un periodista

Publicado por siluetas en 16:46 1 comentarios


Debo confesar que la idea de estos consejos no es mía. Hace tiempo leí cómo algunos profesionales daban consejos a sus futuras parejas para saber tratarlos. Qué majos, lo que deben haber sufrido. Yo lo único que he hecho ha sido adaptarlos.



Pues eso, que los periodistas, que también somos para darnos de comer aparte, tenemos nuestro modus operandi que muchas veces no se entiende. Tal vez por esta razón no es raro que a menudo acabemos sucumbiendo al mundo exterior y nos apareemos entre nosotros. Acabaremos haciendo una raza aparte, y si no al tiempo. Saldrán unos niños rarunos, pero con una ortografía impecable.

Pues eso, que ahí van los consejos.

1. No nos preguntes por Sálvame
La cosa funciona así: Se enteran que eres periodista y te espetan, a la primera de cambio: “A ti te gustaría trabajar en Sálvame y forrarte, ¿a que sí?” Creo que no hace falta más explicación cuando te tiramos la copa encima.

2. Sé flexible
Nuestros horarios son caóticos. A nosotros ya no nos parece tan raro porque estamos acostumbrados, pero a veces es difícil explicar que durante el fin de semana te toca trabajar porque te han encargado un artículo, o que tienes que anular ese plan porque ha surgido algo.

3. Ten paciencia
Solemos quejarnos por todo, somos unos agonías: Que si cobramos poco, que si trabajamos mucho, que si no se reconoce nuestra labor, que el que está al mando no tiene ni puñetera idea… En nuestro contacto con distintos sectores de la sociedad, hemos cogido lo peor de cada casa, y ese complejo de Calimero tan de los políticos lo hemos adoptado a la perfección. Pero además es que estamos puteados, no te creas.

4. Cuidadín con las frases para ligar.
Te aconsejo extremo cuidado, vivimos de jugar con el lenguaje, así que somos expertos. Escribir un piropo en el muro de Facebook de un periodista puede suponer el final de una bonita historia de amor si no se hace con un mínimo de cuidado (y pasando el corrector, of course).

Si no soportas lo friki, a otra cosa.
Somos un colectivo muy diverso, pero nos une el hecho de se personas curiosas. Nos interesa todo y nada, y fácilmente caemos en el frikismo. Acéptanos como somos. Nosotros nunca lo haríamos.

domingo, 5 de febrero de 2012

8 consejos para escribir bien

Publicado por siluetas en 21:51 4 comentarios



Uno de los síntomas de hacerse mayor es comprobar (a menudo con dolor) las carencias de las nuevas generaciones. A mí la que me hace más pupa es el analfabetismo funcional de los jóvenes de hoy. No puedo aceptar que una persona llegue a la universidad perpetrando tales faltas de ortografía, desconociendo por completo las reglas sintácticas. No son bromas: No sé si son las nuevas tecnologías o la LOGSE, pero los hijos de la ESO no saben hilvanar un texto como Dios manda.

Así que aquí van algunos cuantos consejos, los que considero más urgentes, muy obvios, y que no me canso de repetir a quien me quiera escuchar:


1. Entre sujeto y predicado NO pongáis una coma. NUNCA, aunque el sujeto sea largo y os liéis.

2. Cuidadín con los gerundios de posterioridad. Nunca pueden indicar una acción posterior (o consecuencia) al verbo principal. Un ejemplo: “La nieve cubrió la ciudad, *provocando accidentes de tráfico”. [Alternativa: “La nieve cubrió la ciudad y provocó…].Este tipo de oraciones despista muchísimo. Solo son correctos los gerundios que expresan una acción anterior o simultánea.

Ejemplo: “Me gusta cocinar escuchando música”. Así sí.

3. No abuséis de los adverbios acabados en –mente. Dan una sensación de cutrez importante... y no, no hacen más interesante y profesional tu escrito, por mucho que te lo parezca.

4. Y lo mismo te digo de las oraciones subordinadísimas. Quítate de la cabeza la idea de que oraciones largas = texto elaborado. Si escribimos es para que comunicar, y comunicar de manera eficiente. Y muchas veces una oración larguísima nos obliga a volver unas cuantas veces al principio para entender su significado. Métetelo en la cabeza: sujeto + verbo + predicado. Punto y seguido y otra frase, déjate de florituras.


5. Acostúmbrate a leer tus textos una vez acabados, y si es posible en voz alta. Si tienes que volver a empezar alguna frase porque es ambigua, cámbiala. No está cumpliendo su función.

6. Es incluso ridículo recordarlo, pero repasa aquello de 'a ver' y 'haber'. Por cierto, *haver y *a ber no existen. Igualmente con 'porque', 'por qué', 'porqué'. O 'ahí', 'ay', 'hay' (esos *aí y demás duelen, de verdad).

7. Especialmente para catalanoparlantes, pero no únicamente: Si somos tan conscientes con el tema de los “barbarismos” procedentes del castellano, seámoslo también con los préstamos innecesarios de otras lenguas, como el inglés.

8. Si puedes prescindir de un adjetivo y el sentido de la frase no cambia, quítalo. Es superfluo, y la sencillez es tu amiga.


domingo, 29 de enero de 2012

Los hombres de mis amigas

Publicado por siluetas en 0:21 3 comentarios

Juré que hablaría de los hombres de mis amigas después de asegurarme de que ninguna de ellas conocía la existencia de mi blog. Prueba no superada. No he podido reprimir la tentación y les he hablado de él. Contrariamente a lo que me pensaba, están encantadas con el tema y me han insistido en que “a ver cuando hablas de los hombres de tus amigas”. Pues bueno, pues vale, pero después no vengáis a reclamar. Vosotras lo habéis querido.

Alguna vez me he preguntado por qué las mujeres siempre acabamos con el mismo tipo de hombre. Me agota ver cómo muchas de mis amigas caen de manera compulsiva en el mismo topicazo de hombre, por mucho que hayan renegado del anterior. ¿Por qué? Porque nosotras, mal que nos pese, también somos un topicazo con patas y nos complementamos con una tipología determinada.

Así que ahí van. Iremos actualizando.



Señor Alcántara. No es solo que cumpla el rol de padre, es que es un padre de los años 60. Aburrido, gris, con un trabajo estable pero poco creativo. Gruñón y generalmente escorado a la derecha. Te reñirá como si tuvieras cinco años, y no te castigará sin postre porque con tu doctorado y tus arrugas queda feo, pero la mirada de desaprobación es la misma. Te sumirá en una apatía continua, pero te dará seguridad. Eso es lo que los salva. Su encefalograma plano no cambia y te aporta la falsa sensación de estabilidad. Suelen ser escogidos por mujeres activas e inestables con un complejo de Edipo a tratar.

El Peter Pan. Guapetón, simpático, sociable, seductor. Es un experto encantador de serpientes. Caes rendida a los pies de sus ademanes a la primera de cambio. Es el rey del planeta, pero se las ingenia para hacerte sentir especial, escogida por el Mesías para compartir algo de su tiempo con él. ¿Cómo negarte? ¿Cómo rechazar ese regalo? No te engaña: él no busca “que elijas su champú”, como diría Sabina, pero sus gestos son contradictorios y la acabas liando. Resultado: enganchada como una colegiala a un espejismo, tú, la dama de hierro. Suelen tener profesiones artísticas, y el 80% son músicos o dicen serlo. Son expertos vendedores de sí mismos, y magnifican sus hazañas a la máxima potencia. Cuando escarbas (si es que llegas a ello, los espejismos es lo que tienen, no duran mucho…) descubres que todo es fachada: en realidad son unos chupópteros que han vivido de sus padres hasta que han podido vivir de sus parejas. Y todo gracias a ese don de camelar a la gente. Dar un palo al agua es un concepto que no conocen, pero así y todo van de “saber de la vida”. Agotadores. Briconsejo del día: cuando veáis que coge una guitarra, huid como posesas. Después no digáis que no os avisé.

El melancólico profesional. Vive en una eterna canción de cantautor. Medio soñador, medio maniaco depresivo, medio sociópata. Esconde su egocentrismo bajo una capa de tristeza perpetua. Siempre ausente, siempre “queriendo-cambiar-algo-en-su-vida-que-no-sabe-lo-que-es”. Estos son nuestra perdición. Ese aire de perrito abandonado nos vuelve locas sobre todo a las que tenemos el complejo de asistenta social algo desarrollado. Nos hacemos la ilusión de que podremos sacarlos de ese limbo de búsqueda perpetua, de ese mundo de secretos. Pero no te engañes: simplemente te arrastrará a su universo de relativismo con la pequeña diferencia de que tú allí no cuentas ni para quejarte. El de los problemas filosóficos es él. De ti se espera que estés a su lado, pero sin hacer demasiadas preguntas, sin saber demasiado. Que respetes, que lo respetes todo: los cambios de humor, los espacios, los silencios, las ausencias. Una enfermera gilipollas, enhorabuena.

La mascota. Un Yorkshire de esos que se llevan en el bolso y un novio así cumplen básicamente la misma función: enseñárselos a la gente y pasearlos. Guapo a rabiar y sumiso hasta niveles que el ser humano parece desconocer. Y no por bondad,  no os creáis, sino porque es más tonto que una zapatilla. Ella es la que lo decide todo: la ropa, la decoración de la casa, dónde van a cenar el sábado, la iglesia para la boda, dónde pasan las vacaciones… A él ya le va bien: no necesita pensar y su vida discurre en una paz absoluta únicamente rota por algún que otro grito de la mamá-novia cuando se porta mal. Ella, por su parte, lo presenta en sociedad como se presentaría a un niño tonto, con frases tipo: “No hago vida de él” o “Me come muy mal” (en el sentido más infantil del término, of course). Escalofriante, lo sé, pero cabe decir que estas parejas suelen ser las más duraderas. Tienen los rols tan definidos que no podrían vivir el uno sin el otro. No hay lucha de papeles, cada uno llega con el suyo aprendido y la vida consiste en representarlo lo mejor posible. Quien los entienda que los compre.

El ‘Brady’. ¿Recordáis aquella serie mítica, “La tribu de los Brady”? Conocéis la tipología, ¿no? Esas familias americanas perfectas en las que todo se arregla por asamblea popular, que los padres guays aconsejan a sus hijos sobre métodos anticonceptivos y los hermanos y primos salen de fiesta juntos y felices. Si te enamoras de un miembro de estas sectas domésticas lo tienes crudo, hermana. Ahí solo se entra para morir dentro, cual monje contemplativo. Acéptalo rápido y no te autoengaños pensando “él es diferente a su familia” o “yo podré cambiarlo”: no estás saliendo con un chico simpático y guapo, estás saliendo con una familia amish al completo. Van en pack, y en el mejor de los casos, te invitarán a formar parte de él —después de interrogatorios y pruebas de acceso que ríete tú del CNI—. Y claro, como está feo estar ‘celosa’ de su familia no te podrás quejar cuando tú seas el segundo plato en lo que a decisiones se refiere. Las vacaciones son en familia (con la suya, evidentemente), los fines de semana toca ir a comer a casa de la suegra, que por supuesto cocina mil veces mejor que tú y plancha las camisas que es un primor… Cosa, por otra parte, que no será ningún problema de desplazamiento, porque viviréis en la misma calle que ellos, si no en la misma finca. Todo irá bien hasta que tú insistas en contraprogramar algún plan. Aquí el ejército de defensa familiar se lanzará a tu yugular y no esperes defensa por su parte. Recuerda, eres tú la forastera. O te adaptas o te vas para casa, y yo te recomiendo encarecidamente la segunda opción.


Mr. Big. Y, finalmente, nuestro Mr. Big particular, nuestro talón de Aquiles. Cada una tiene el suyo, personal e intransferible. Puede pertenecer a cualquiera de las tipologías anteriores, pero no lo sabemos o no nos importa. No es perfecto, y nos sienta mal: A algunas las anula, a otras les saca lo peor de sí mismas, a otras les hace olvidarse del mundo exterior… Da igual, volverás a él tantas veces como el karma te lo ponga delante, porque es tu punto débil. Pasarás por épocas en las que crees haberte desenganchado, pero algo cambia en tu vida y… zas. Ahí vuelve a estar. Seguramente no envejeceréis juntos a la manera tradicional, pero reconcíliate con el destino porque lo vas a tener ahí toda la vida.


martes, 10 de enero de 2012

Buenos propósitos razonables...

Publicado por siluetas en 20:22 5 comentarios




Que escriba mis buenos propósitos para este año el día 10 de enero os puede dar una pista de cómo llevo el tema. Floja, soy floja en eso de la voluntad, y con los años he aprendido que era más fácil (y tenía más mérito) quererme tal y como soy que intentar cambiar. No soy de esas que empiezan el año con un listón de buenos propósitos escritos en una carta perfumada rosa, sobre todo porque me da un perezón increíble pasarlos a limpio. Pero alguno sí que cae, muy razonables y asequibles, de esos. Este año son estos:
1. Pienso descubrir si los sábados por la mañana hay vida inteligente en mi ciudad antes de las 12 h.
2. Voy a dejar de cenar macarrones bolognesa. Si supero el síndrome de abstinencia ampliaré el propósito a eliminar el concepto de “premiarme con comida”.
3. Voy a trabajar menos y a tomar más cañas.
4. Cambiaré la arena de Trasto más a menudo, al igual que la funda nórdica. Solo por esa sensación de “pues tampoco era para tanto” vale la pena.

5. Asumiré y proclamaré a quien quiera escucharme que el cine iraní es una puta mierda insoportable, y que no por ello soy menos culta.

6. Empezaré algo parecido a un control de mi economía. Calculo que en 2025 seré una persona organizada.

7. Contrataré wifi en casa.

8. Me trataré aquello de la dependencia al móvil y a twitter.

9. Ordenaré el cajón de las braguitas y, no sé si como reflejo o consecuencia, mi vida sentimental.

10. Dejaré de comprar compulsivamente zapatos en los chinos que me duran dos semanas y me contagiarán con el tiempo el ébola.

11. Me obligaré a tener comida en la nevera y a tirar los folletos del chino a domicilio.

12. Recuperaré el noble arte del voluntariado.
13. Perfeccionar ese idioma extraño y desconocido que hablo y que yo creo que es inglés.
Y hasta aquí, no porque haya acabado, sino porque me he aburrido de escribir. Tal vez debería añadir otro:
14. Trabajar un pelín lo de la concentración. Pero ese ya si eso para el segundo semestre…
 

Algún día contaré esto sobre un diván Copyright © 2012 Design by Antonia Sundrani Vinte e poucos